Si bien las vivencias que se experimentan en estados no
ordinarios de conciencia son genuinamente valiosas per se, cuando se intenta
interpretarlas sufren una desvirtuación
tal a causa del desconocimiento del
funcionamiento del mundo
inconsciente y muy especialmente del lenguaje simbólico en el cual se
manifiesta.
Por lo tanto involucrarse en este tipo de experiencias,
requiere una perspectiva de mirada muy diferente a la acostumbrada.
El marco conceptual
siempre ofrece el sostén necesario para acompañarnos a transitar las
fuertes vivencias despertadas en todo
trabajo de conciencia.
Asimilar nuevas conceptualizaciones nunca resulta cómodo y,
especialmente, cuando nos exige la desestructuración de aprendizajes previos.
Pero también debemos saber que lo nuevo siempre se articula con lo ya aprendido
creando una nueva estructura más avanzada de conocimiento.
Entonces podemos empezar a adentrarnos en los conceptos
de ATEMPORALIDAD y
MULTIDIMENSIONALIDAD propios del funcionamiento en los niveles no ordinarios de conciencia.
Para el pensamiento que opera en la tercera dimensión de
conciencia, que es desde donde nos movemos y percibimos el mundo, es un desafío
bastante resistido. La forma más fácil
que encontramos para no entrar en conflicto con nuevos conocimientos, es
extrapolar lo conocido al mundo
desconocido, es acomodar lo inteligible a nuestras estructuras
conocidas de razonamiento.
Estas observaciones nos serán de gran utilidad para no
obstaculizar, con la lógica habitual, el encuentro con los aspectos que se hallan en las zonas
desconocidas de nuestro interior.
Más adelante nos detendremos en estos dos conceptos fundamentales
de la psiquis .
En nuestro camino de aprendizaje se suceden tantos desafíos
como aspectos a integrar que constituyen nuestro mundo interno. El cómo ir a su
encuentro tiene que ser sostenido desde el reconocimiento de la totalidad que
los organiza.
Esta apoyatura facilita la actitud de entrega al proceso de
autoconocimiento.
A modo de ejemplo, atravesar duras pruebas de carencia en
cualquier aspecto de nuestra vida, reaviva dolores y dispara un sinfín de
sensaciones que al ponernos a prueba, movilizan la búsqueda de la solución.
El camino y la forma de esta búsqueda denotará el nivel de
la conciencia alcanzado, oscilando desde resolver desde la supervivencia o
hasta la necesidad de comprender el
desafío.
En el nivel de la
búsqueda de comprensión en algún momento
se nos revelará que aquello que estamos buscando no es necesariamente lo que a
primera vista encontraremos, sino que se levantarán las informaciones
necesarias para el momento del camino que el alma sabe que tiene que ofrecer.
“Cuando un hombre empieza a aprender nunca
sabe lo que va a encontrar”
Las
enseñanzas de Don Juan- Carlos Castaneda
Lic Annamaria Saracco