Según Roger Woolger,
quién fue un psicoanalista junguiano investigador sobre las memorias de otras vidas,
dice que la mayor parte de la gente en sus primeras regresiones, raramente
recupera memorias horribles y violentas.
Manifiesta que el inconsciente, el cual contiene recuerdos
de otras existencias pasadas más allá de eventos eliminados de la infancia y
arquetipos, en su sabiduría, solo nos envía recuerdos del pasado que somos
capaces de administrar y de integrar en nuestra personalidad consciente.
Aquellos con menos experiencia terapéutica usualmente tienen
inicios menos traumáticos y las memorias
tienden a ser más serenas.
Woolger nos recuerda la imagen oriental del guardián del umbral,
ese monstruo terrible pintado sobre la puerta de los templos o alrededor de los mandalas sagrados.
Estos guardianes representan nuestros propios miedos y están
allí para impedirnos entrar en ámbitos de la psiquis para los cuales todavía no
estamos listos. Cada uno de nosotros, ya sea cosnciente o no, tiene sus propios
guardianes interiores del umbral, que les impide entrar en profundidad
demasiado rápidamente.
Es una sutil economía interior de revelación psíquica y
espiritual, en el que cada individuo procede a su propio paso guiado por estos
guardianes interiores.
Cuando aprendemos a interpretar nuestros sueños, estas
figuras interiores se hacen cada vez más presentes.
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